lunes, 24 de octubre de 2011

UN GRAN ESTUDIO DESCARTA QUE LOS MÓVILES CAUSEN CÁNCER

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/10/20/oncologia/1319134603.html?a=GE48ec28e07f486991abfd096ffaf32d01c&t=1319184103&numero=

Un gran estudio descarta que los móviles causen cáncer. Los expertos insisten en que es necesario realizar más estudios a largoplazo. | Pablo Requejo
Los datos de más de 350.000 usuarios no muestran ninguna relación. La OMS clasificó los dispositivos como posiblemente carcinógenos
María Sánchez-Monge | Madrid

¿En qué quedamos? ¿Los móviles causan cáncer o no? De momento, ganan puntos quienes defienden la seguridad de estos dispositivos, al menos en lo que se refiere al riesgo de tumores cerebrales. Un estudio danés, el más amplio realizado hasta la fecha, no ha hallado ningún indicio de
peligro.

La nueva investigación se publica en un momento de intenso debate científico, cuando todavía no se han apagado los ecos de las discusiones que desató la decisión de incluir los teléfonos móviles entre los agentes posiblemente carcinógenos. La resolución la adoptó a finales de mayo la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), tras revisar todas las investigaciones publicadas hasta entonces sobre la cuestión. No obstante,los científicos responsables de tal pronunciamiento insistieron en la necesidad de llevar a cabo más estudios a largo plazo para llegar a una conclusión definitiva.

Pues bien, la revista 'British Medical Journal' ('BMJ') recoge en su última edición un buen ejemplo de análisis durante un extenso periodo de tiempo. En términos técnicos, constituye un estudio de cohortes. Se trata de la prolongación de un trabajo que evaluó a todos los usuarios de móviles entre 1996 y 2002, sin hallar ninguna relación con el desarrollo de cáncer.

Ahora, los investigadores han llegado hasta 2007, lo que implica un seguimiento de 10 años o más de buena parte de las más de 350.000 personas con contrato de telefonía móvil en Dinamarca. Dichos individuos fueron comparados con quienes no tenían suscrito ningún contrato y la información sobre la incidencia de tumores se obtuvo del Registro Danés de Cáncer, que
también abarca a la totalidad de la población. Los resultados no variaron: el riesgo de cáncer cerebral era el mismo en ambos grupos.

Alguien podría pensar que este estudio tiene todas las papeletas para poner fin a la discusión sobre los supuestos peligros de los móviles. Es más, se podría instar a la IARC a revocar su clasificación como posiblemente carcinógenos. Sin embargo, los propios científicos
responsables de la investigación creen que aún no se puede dar carpetazo.
Lo que sí se podría descartar es que se vayan a disparar en los próximos años los tumores cerebrales, puesto que en tal caso ya se habrían observado ciertas evidencias.

Patrizia Frei, investigadora del Instituto de Epidemiología del Cáncer de Copenhague y principal firmante del estudio, ha explicado a EL MUNDO.es que su trabajo "es el más extenso hasta la fecha, pero un solo estudio nunca puede cambiar el panorama global y todavía hay preguntas sin
responder, como el riesgo del uso del móvil en niños o en usuarios empedernidos, y durante periodos de tiempo más largos". Por lo tanto, considera que "la clasificación de la IARC sigue vigente".

La principal objeción que se puede poner al análisis danés es que da por supuesto que las personas con un contrato de telefonía móvil hacen un uso intenso de la misma, cuando no siempre es así. Pero los estudios que llegaron a la conclusión de que estos dispositivos incrementan el riesgo de tumores cerebrales como el glioma tenían otros posibles sesgos. Por ejemplo, extraían información de cuestionarios en los que preguntaban a los usuarios si usaban mucho o poco el teléfono, fiándose de su buena memoria y criterio.

Frei revela que en estos momentos se está realizando un estudio muy amplio sin las limitaciones de los anteriores, pero "aún habrá que esperar un tiempo para que los resultados estén disponibles".

Los autores de un editorial sobre el estudio publicado en 'BMJ' resaltan que hay un aspecto que hasta ahora no se ha logrado dilucidar: ¿Cuál es el mecanismo biológico que está detrás de los posibles riesgos para la salud?
"La búsqueda de una asociación entre el uso de teléfonos móviles y el riesgo de cáncer debería ser vista en el contexto de su origen. No se originó por una hipótesis biofísica concreta o por los resultados de un estudio preliminar, sino porque existía la preocupación de que algún
aspecto de la interacción entre los campos electromagnéticos y la fisiología humana se hubiese pasado por alto", señalan. La investigación 'in vitro' y en modelos animales aún no ha arrojado demasiadas pistas sobre ese posible vínculo.


http://america.infobae.com/notas/36230-Un-estudio-derriba-el-mito-de-que-el-celular-aumenta-el-riesgo-de-cancer
Tras analizar a 350 mil personas en Dinamarca durante 18 años, la investigación concluyó que no hay vínculo. La OMS había sugerido lo contrario en mayo.

Aproximadamente tres cuartas partes de la población mundial, más de 5.000 millones de personas, utilizan teléfono celular. Ello dificulta a los científicos comparar la incidencia de cáncer en personas que utilizan el aparato contra quienes no lo hacen. El año pasado, un estudio masivo en
varios países no había encontrado una conexión clara entre los teléfonos celulares y el cáncer. Pero como mostró un indicio de posible asociación entre el uso muy activo y el glioma, un raro aunque a menudo mortal tipo de tumor cerebral, la Agencia Internacional para la Investigación de
Cáncer, de la OMS, clasificó la energía electromagnética de los teléfonos celulares como "posiblemente cancerígeno", agregándolo a una lista que incluye además cosas como el café y los gases de combustión de un motor de gasolina.

Pero esa designación no significa que los teléfonos celulares representen necesariamente un riesgo. Los móviles no emiten el mismo tipo de radiación que la utilizada en algunas pruebas médicas o que se encuentra en otras fuentes como el radón del suelo. Y dos agencias estadounidenses -la Administración de Alimentos y Medicinas, y la Comisión Federal de
Comunicaciones- no han encontrado evidencia que vincule a los móviles con el cáncer. Sin embargo persisten los temores de una relación, a pesar del hecho de que las tasas no se han incrementado desde que salió al mercado la telefonía celular.

En la investigación más reciente, publicada el jueves en internet por la revista BMJ y financiada por el Consejo Danés de Investigación Estratégica, los investigadores actualizaron un estudio previo examinando a 358.403 usuarios de teléfonos celulares de 30 años de edad o mayores, de 1990 al 2007. Encontraron que los usuarios no tuvieron un riesgo mayor de
desarrollar cáncer que quienes no usaban teléfono celular.

Las tasas de cáncer en personas que utilizaron teléfonos celulares durante aproximadamente 10 años fueron similares a las tasas en personas sin un teléfono celular. Los usuarios de móviles tampoco tuvieron más probabilidades de desarrollar un tumor en la parte del cerebro más cercana
a donde se apoyan normalmente tales teléfonos contra la cabeza.

"Nuestro estudio arroja poca evidencia de una asociación causal, pero no podemos descartar un aumento de pequeño a moderado en el riesgo para subgrupos de usuarios muy activos", señaló Patrizia Frei, del Instituto de Epidemiología del Cáncer en Copenhague, Dinamarca, una de los autores del estudio. "Estas son noticias alentadoras, pero no significa que estamos al
final del camino", completó, de su lado, Hazel Nunn, jefa del instituto médico Health Evidence and Information at Cancer Research U.K., el cual no estuvo involucrado en el estudio.

Otros rebatieron los descubrimientos del estudio danés. El grupo intercesor MobileWise, el cual cree que los teléfonos celulares representan un riesgo de salud, dijo que no fue suficientemente largo para considerar el riesgo a largo plazo, ya que los tumores cerebrales pueden tardar décadas en desarrollarse.

http://www.bmj.com/
BMJ 2011; 343:d6387 doi: 10.1136/bmj.d6387 (Published 20 October 2011)
Cite this as: BMJ 2011; 343:d6387
Research
Use of mobile phones and risk of brain tumours: update of Danish cohort study
OPEN ACCESS
Patrizia Frei, postdoctoral research fellow1, Aslak H Poulsen, doctoral
student1, Christoffer Johansen, professor1, Jørgen H Olsen, director1,
Marianne Steding-Jessen, statistician1, Joachim Schüz, head of section2
+ Author Affiliations

1Institute of Cancer Epidemiology, Danish Cancer Society,Strandboulevarden 49, 2100 Copenhagen, Denmark
2International Agency for Research on Cancer (IARC), Section ofEnvironment and Radiation, 150 Cours Albert Thomas, 69372 Lyon CEDEX 08,France
Correspondence to: P Frei, Department of Epidemiology and Public Health,Swiss Tropical and Public Health Institute, Socinstrasse 57, PO Box, 4002 Basel, Switzerland frei@cancer.dk
Accepted 12 September 2011
Abstract
Objective To investigate the risk of tumours in the central nervous system among Danish mobile phone subscribers.

Design Nationwide cohort study.

Setting Denmark.

Participants All Danes aged ≥30 and born in Denmark after 1925,subdivided into subscribers and non-subscribers of mobile phones before 1995.

Main outcome measures Risk of tumours of the central nervous system,identified from the complete Danish Cancer Register. Sex specific incidence rate ratios estimated with log linear Poisson regression models adjusted for age, calendar period, education, and disposable income.

Results 358 403 subscription holders accrued 3.8 million person years. In the follow-up period 1990-2007, there were 10 729 cases of tumours of the central nervous system. The risk of such tumours was close to unity for both men and women. When restricted to individuals with the longest mobile phone use—that is, ≥13 years of subscription—the incidence rate ratio was 1.03 (95% confidence interval 0.83 to 1.27) in men and 0.91 (0.41 to 2.04) in women. Among those with subscriptions of ≥10 years, ratios were 1.04 (0.85 to 1.26) in men and 1.04 (0.56 to 1.95) in women for glioma and 0.90 (0.57 to 1.42) in men and 0.93 (0.46 to
1.87) in women for meningioma. There was no indication of dose-response relation either by years since first subscription for a mobile phone or by anatomical location of the tumour—that is, in regions of the brain closest to where the handset is usually held to the head.

Conclusions In this update of a large nationwide cohort study of mobile phone use, there were no increased risks of tumours of the central nervous system, providing little evidence for a causal association.

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